Cada año, alrededor del 21 de diciembre, llega un momento especial: el Solsticio de Invierno. Es el día más corto y la noche más larga del año, pero también es un símbolo de renacimiento y renovación. Aunque el sol parezca ocultarse, este instante nos recuerda que la luz siempre vuelve… y lo mismo ocurre con nuestra propia luz interior.
En la naturaleza, el invierno es tiempo de pausa, las semillas descansan bajo la tierra, los árboles reposan y la vida parece ralentizarse. En nuestro interior, este período nos invita a hacer lo mismo: detenernos, respirar, escuchar y mirar hacia dentro porque la oscuridad no es ausencia de luz; es un espacio donde la luz se prepara para brillar de nuevo.
Prácticas de yoga para el Solsticio de Invierno
Todos pasamos por momentos de silencio, confusión o cambio. Así como el sol vuelve a crecer después del Solsticio, en nosotros también surge un punto de inflexión.
El yoga nos acompaña a transitar estos momentos con presencia y amor, permitiéndonos liberar lo que ya no necesitamos y abrir espacio para lo nuevo. Por ello, aquí te compartimos algunas prácticas simples para honrar este momento de introspección y renacimiento:
1. Meditación de silencio interior
Siéntate en un lugar tranquilo, cierra los ojos y observa tu mente como un cielo invernal: amplio, silencioso y receptivo.
Intención: dejar que la calma te acompañe sin forzar nada.
2. Pranayama: respiración consciente
Practica respiraciones lentas y profundas, como Nadi Shodhana (respiración alterna).
Beneficio: calma el sistema nervioso, aporta claridad mental y equilibrio emocional.
3. Asanas que abran el corazón
Posturas suaves como Bhujangasana, Ustrasana o Balasana ayudan a liberar tensiones y generar calidez desde dentro.
Intención: crear apertura y conexión con tu luz interna.
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Ritual simple para honrar tu luz
Puedes encender una vela al atardecer y dedicar unos minutos a la conexión contigo mismo/a. A continuación, respira profundamente y repite mentalmente frases que te hagan sentir bien o palabras bonitas hacia ti mismo.
Este pequeño ritual es un recordatorio de que incluso en la oscuridad, hay mucha luz dentro de ti.
Recuerda…
El invierno evoca que no todas las transformaciones son visibles de inmediato, que hay procesos que necesitan reposo y cuidado para florecer.
Este Solsticio de Invierno, permítete descansar, sentir y nutrir lo que quieres ver crecer. Abraza la pausa, respira con consciencia y deja que tu luz renazca desde dentro.






